martes, 13 de marzo de 2018

La renta básica como motor de la economía

El modelo histórico de la economía se basa en un ciclo contínuo de dinero entre el trabajo remunerado y el consumo. Con la automatización casi completa del trabajo, debida a la enorme potencia de la informática combinada con la maquinaria motorizada, el trabajo humano pierde casi todo su papel en la economía. Lo que no desaparecen son las necesidades humanas y los derechos humanos. Es imprescindible un cambio radical de los objetivos políticos y económicos para continuar satisfaciendo las necesidades humanas en un mundo sin trabajo asalariado. De ofrecer trabajo, los políticos y empresarios deben acostumbrarse a ofrecer renta básica desde los estados, así como productos y servicios por parte las empresas. El consumo lo garantizaría la renta básica y esta la garantizarían los impuestos a las empresas.

La vieja economía, para estimular el trabajo lo asociaba al derecho a recibir ingresos. En torno a este estímulo se fue creando toda una ética del trabajo que venía a resumirse con la barbaridad de que "el que no trabaja no come". La ciencia y la técnica desarrolladas por la humanidad están a punto de librarnos de esta situación salvaje. El principal obstáculo para esta liberación es la acumulación de dinero y poder en manos de unos pocos que se niegan a contribuir con sus impuestos a la redistribución de la riqueza que es patrimonio de todos. Esta negativa empobrece a los estados y les obstaculiza, que no impide, satisfacer las necesidades más básicas, como las de unas pensiones dignas, sobre todo si los gobiernos corruptos como el de España entregan nuestros impuestos a los ricos.

Las reivindicaciones de los pensionistas son, cada vez más, cosa de todos, porque el trabajo será cada vez más escaso y todos necesitamos unos ingresos dignos, lo cual ha obligará a que cada vez más gente dependa de subsidios del estado. El trabajo de las generaciones pasadas ha generado la tecnología que hoy permitiría vivir dignamente a todos sin trabajar. Esa riqueza es una herencia de todos, así que no podemos consentir que unos pocos la acaparen y la inmovilicen a costa del sufrimiento de la mayoría.

Creo que se deben recaudar muchos más impuestos del trabajo automatizado, tantos como sea necesarios para implantar una renta básica universal y digna.